lunes, 3 de mayo de 2010

EL SUEÑO AMERICANO: ASHES OF AMERICAN FLAGS, DE WILCO (2009)

A esta altura no quedan dudas de que los de Jeff Tweedy pelean mano a mano con Coldplay por ser la banda más significativa de esta última década. Tampoco se puede negar que Yankee Hotel Foxtrot marcó un antes y un después en lo que al género rock respecta. Pero si algo faltaba para decir que a Wilco no hay con qué darle es Ashes of American Flags, un documental realizado por Brendan Canty y Christoph Green que se lanzó el año pasado.




Por esas casualidades de la vida, en una casa de alquiler de DVDS empezaron a rematar las existencias; entre películas que pasaron sin pena ni gloria y joyas como The Big Lebowski aparecía este Ashes of American Flags en su empaque original. Costaba rechazar la oferta –veinte pesos argentinos, una auténtica ganga– y se vino a casa al final, como un premio merecido.

El arranque pone todas las fichas en juego; con la canción que da nombre al documental, presentando uno por uno a los monstruos que se paran sobre el escenario, Wilco es otro de esos grupos a los que todo le sale bien. No llegará a ser un himno letal, ni tampoco será la apertura de algún Juego Olímpico o Mundial, pero el tema ocupa por momentos ese sitial de “canciones épicas” que ostentan “Life on mars” de David Bowie, “Marquee Moon”, de Television o, sin ir tan lejos en el tiempo, “Wake up” de The Arcade Fire.

Justamente, con el correr del disco –la cinta ya murió hace rato, lo siento VHS–, redescubrimos a Nels Cline como el más cercano heredero de Tom Verlaine y Richard Lloyd. Como siempre, una cosa es oírlo en los álbumes y otra bien diferente es verlo en vivo, electrificándose con cada rasgueo a una velocidad que seguro envidiarían los Sonic Youth.

Al costado del escenario, un Jeff Tweedy dejando en claro su posición de frontman, con gritos afónicos y un claro homenaje a Gram Parsons en su vestimenta. El cantante parece casi programado y, como toda la banda, hace lo que tiene que hacer en el momento justo. A veces con mayor o menor alegría, pero con una perfección asegurada (si no me creen, vean las interpretaciones de “Handshake drugs”, “Impossible Germany” o mi favorita, “Heavy metal drummer”).

En el medio, historias perdidas del país del norte. Un tour que enseña, no sólo desde lo musical, sino también desde las pequeñas anécdotas de guerra de los Wilco –postales de Tulsa, apreciaciones musicales y hasta dolores después de tocar en vivo–.

Así, la referencia al título es exacta: son las cenizas de la bandera americana, recogidas por la que hoy por hoy debe ser la mejor banda del mundo. Y eso que el viaje todavía no termina.


Para ver y escuchar Ashes of American Flags, de 2009: este link.

No hay comentarios:

Publicar un comentario